Tengo una amiga, que cuando termino no entendía mucho las razones. La patearon asique más confuso, el chico daba explicaciones tipo “no eres tú, soy yo” esos consuelos que las personas creen que la “hacen de lujo” y lo único que logran es dejar al otro más triste imposible. Egoísmo, y miedo es lo que te lleva a reaccionar de esa manera.
Después de un tiempo el “ex” le dijo que se juntaran y le conto que la razón de todo esto es que él le había puesto el gorro y que no se lo había dicho antes porque no sabía la manera correcta.
Otra amiga no podía patear a su pololo, el era un hombre demasiado bueno y le entregaba demasiado amor, solo que ella ya no lo amaba. Un día mi amiga le puso el gorro con un chico “x”, al día siguiente lo pateo, el tampoco entendía mucho que había pasado. Para ella la única manera de terminar con el era sentirse así de mal con ella misma y no poder mirarlo a la cara. Nunca le conto la verdad. Hasta el día de hoy son amigos.
Hace un tiempo tenía un pololo el cual me puso el gorro, me dio ene lata, obvio, pero en el fondo siempre supe que lo iba a hacer, nunca lo comprobé totalmente pero la actitud de la “otra” era bastante evidente y el no disimulo mucho que digamos. El huevón fue tan penca conmigo que el hecho que me haya cagado fue un pelo de la cola, siempre supe, desde el día uno, como iban a terminar las cosas con él, me tire a la piscina igual y me anduve ahogando. La diferencia a las historias anteriores es que yo siempre supe cómo iba a terminar la historia. Con quien estaba y que era un juego bastante peligroso respecto a cómo iba a terminar mi ego y mi corazón.
Yo nunca le he sido infiel a alguien que quiero. Me cuesta tentar al diablo cuando tomo un compromiso. Tampoco escupo al cielo, una nunca sabe.
Una vez escuche que una relación la forman dos y la destruyen tres, ¿La pura verdad o no?
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